Ir al contenido principal

Matt Haig - La biblioteca de la medianoche

 


Autor: Matt Haig.
Título: La biblioteca de la medianoche.
Género: Ficción, realismo mágico, contemporáneo. 
Número de páginas: 336.
Formato: Tapa dura. 
Editorial: Alianza Editorial. 
Saga: Autoconclusivo.
Fecha de publicación: Febrero 2021 (español) y agosto 2020 (inglés). 
    Nora Seed, después de treinta y cinco años de no haber aprovechado ninguna de las oportunidades que le dio la vida, tomó la decisión de morir. Sin embargo, para su gran sorpresa, en lugar de llegar a la pacífica y anhelada nada, en cuanto hubo terminado su vida se encontró frente a una gran biblioteca de estantes interminables.
    La bibliotecaria, de rostro y actitud amable, le indicó que cada uno de esos libros infinitos contenía la vida que habría podido tener de haber tomado otras decisiones y que ahora, habiendo renunciado a su vida raíz, tenía la oportunidad de escoger otra vida donde quisiera y pudiera ser feliz. 
    Nora se ve entonces obligada a experimentar otras vidas donde hizo las "cosas bien", donde tomó oportunidades y corrió riesgos, viviendo por primera vez, luego de la muerte. 


  Este libro fue perfecto. Total y absolutamente perfecto. Tan maravilloso que no sé ni por dónde empezar. 
    Lo primero que quiero mencionar es lo dolorosamente bien que el autor retrató la depresión, porque quienes la han experimentado saben que no se trata de llorar constantemente, o incluso de quejarse de la propia miseria, sino de la forma en que ves el mundo e interactúas con él. En aislar a todos convencido de que están mejor sin ti. En las primeras páginas, la depresión de Nora es tan clara como la vida misma, y me gustó mucho lo realista que se sintió el cómo ella racionalmente llegó a la conclusión de terminar su vida en cuanto cada una de las pequeñas anclas que la mantenían en la tierra se soltaron.
     Hubo momentos muy duros, sobre todo al principio. Tanto así, que en varias ocasiones tomé pequeñas pausas para calmar mis emociones (no fueron muy largas porque, vamos, quería saber qué pasaba, pero hubo pausas). Y eso es algo que agradezco al autor. Es muy fácil hacer a un lector feliz, considerando que la mayoría de nosotros busca en un libro un pequeño escape de la realidad, pero ¿hacerle sufrir profundamente? ¿Hacerle sentir las emociones del protagonista en carne propia y recordar momentos de la propia vida en que tampoco aprovechamos las oportunidades, nos rendimos demasiado pronto, decepcionamos a alguien? Eso no es tarea sencilla. 
Había un viejo cliché sobre los músicos, según el cual en un piano no hay notas equivocadas. Su vida, sin embargo, había devenido una cacofonía de sinsentidos. Una pieza que podría haber desembocado en maravillosos finales, pero se había convertido en un callejón sin salida. 
    Me gustó que el autor se tomó su tiempo para hacer que Nora cambiase de disposición para empezar a explorar la biblioteca. Me gusta que fue reticente al principio, rebelde incluso, y que estuviera tan cegada por su propio dolor hasta que empezó a vivir a través de todas aquellas líneas de tiempo. 
    Otra cosa que me gustó muchísimo es que, de alguna forma, este libro me sacó de mi zona de confort. Soy una persona naturalmente ansiosa y no hay mucho que odie más que enfrentarme a algo sin preparación, por lo que tener que ver a Nora dar discursos, hablar con científicos, salir en televisión, dar entrevistas, todo sin tener idea de quién debía ser en esa vida, me puso tan ansiosa que apenas podía seguir leyendo. 
La mente solitaria en la ciudad ajetreada anhela la conexión porque vive convencida de que la razón de todo es la conexión entre los seres humanos. Sin embargo, en medio de la naturaleza más pura, la soledad cobra un carácter distinto y se transforma en una suerte de conexión en sí misma. Una conexión entre la soledad misma y el mundo. 
    Además, está escrito de una forma tan tan maravillosa que se siente como un abrazo al alma. Vi algunas reseñas donde la gente decía que no les gustaba que "parecía un libro de autoayuda" y yo no podía evitar preguntarme cómo más deseaban que se escribiera un libro que trataba un tema tan delicado como el suicidio. 
    A mi parecer, cada libro, independientemente del género en que se clasifique, tiene que dejar un mensaje y contribuir de alguna forma a la vida del lector. Si lo que se busca es entretenimiento vacío, ¿por qué no mejor ver una película? Sobre todo considerando que la verdadera diferencia entre un libro y una película no radica únicamente en "el medio por el cual se reproduce", sino que el libro te permite sumergirte en la mente de los personajes, y apreciar sus motivaciones de primera mano. Aprender las lecciones de su vida junto a ellos, como si lo vivieses en carne propia. 
Tal vez así eran todas las vidas, en cualquier caso. Tal vez se sintieran también así, en última instancia, los protagonistas de las vidas aparentemente más intensas o que más valen la pena. Decepciones, monotonía, heridas y rivalidades, pero con un toque de maravilla y otro de belleza. Tal vez ese era el único sentido de la vida que importaba. Ser el mundo siendo testigo de sí mismo. 
    Si estamos viviendo en la mente de alguien que decidió morir, ¿no resulta lógico y evidente que lo que más deseamos, lo que anhelamos con desesperación, es una mano amiga que nos permita salir de allí? Pues este libro, más que solo una mano amiga, es un cálido abrazo. 
    No cambiaría nada, ni siquiera la testarudez de Nora, ni su resignación inicial, ni sus vacilaciones ante grandes oportunidades, porque todos hemos sido Nora en algún momento de nuestra vida, dándole la espalda a algo maravilloso por temor a vivirlo. 

    







Comentarios